La comprensión lectora es la capacidad de alcanzar el significado global de un texto. Es el aspecto fundamental de la lectura experta. Supone una construcción activa por parte del sujeto que pondrá en marcha una serie de competencias o habilidades.
Cuando a un niño se le enseña desde la escuela una técnica de estudio como subrayar un texto se da por asentado que ha adquirido la habilidad o competencia para jerarquizar la información y puede diferenciar la información principal de la secundaria; pero no siempre es así.
La comprensión de textos integra habilidades independientes a saber:
- Capacidad de reconocer los personajes, el lugar, el tiempo y los hechos que se presentan en el texto.
- Habilidad para individualizar los hechos y las secuencias.
- Destrezas psicolingüísticas que permiten identificar relaciones de significado.
- Capacidad de elaborar los nexos gramaticales y sintácticos entre oraciones.
- Habilidad para establecer lazos entre las distintas partes del texto.
- Destreza para reponer la información implícita en el texto.
- Capacidad para seleccionar un número suficiente de informaciones importantes.
- Habilidad de construir representaciones generales del contenido a partir de la información significativa.
- Destreza para identificar el tipo textual, lo que permite generar expectativas que orientan los objetivos de lectura y mejora la comprensión.
- Flexibilidad para aplicar la estrategia más adecuada para lograr los objetivos con los que se acerca a un texto. Un lector no asume la lectura de la misma manera si su objetivo es memorizarlo, hacer un resumen o simplemente copiarlo.
- Habilidad para monitorear el proceso de comprensión reconociendo los momentos en los que dicho proceso no es adecuado.
Estas habilidades necesitan ser aprendidas y son fundamentales para el éxito escolar
